"¡ Cómo cambian las cosas los años!" Y sí, es una frase de un tango, pero hoy la reutilizo en este post.
Sucede que me vienen imágenes a la memoria, y quiero compartirlas con los leen este blog, porque en definitiva ,-aunque hable de asuntos familiares-, trataré con ello, de pintar una estampa de tiempos pasados. Y son tiempos que no volverán!
En la década del 50 mi madre esperaba a su tercer hijo, que sería también el último.
La recuerdo en la cama matrimonial, preparada para tan trascendental acontecimiento, y al lado, el cochecito para el niño que traería la cigüeña, bien prolijito. Recuerdo también que vino de visita tía Ester, quien era esposa de tío Miguel, hermano de mi padre. Tía Ester también estaba esperando un niño, sólo que éste nacería unos 20 días después. Eran tiempos de los partos en la propia casa, y en la propia cama. Tía tenía un lindo carácter, y reía con una risa franca y contagiosa. Trajo dos chupetes, uno celeste y otro rosa, y los colocó uno a cada lado de la almohadita, porque como en aquel tiempo no había ecografías, no se sabía si llegaría una nena o un varón. Esa nochecita del 10 de noviembre, nos llevaron a Juancito y a mí al hotel de Merlo, enfrente de casa, y dormimos en la habitación que ocupaba Nélida Chiachio, con su esposo Tomás Merlo. Cuando al otro día nos llevaron a casa otra vez, ya había nacido una nena, ( cosa que los vecinos ya sabían), y dormía plácidamente en el coche de bebe preparado a tal efecto.Todo estaba normal, salvo la novedad de ser ahora tres los hermanos. El alumbramiento se había producido a la madrugada del 11. El cochecito que mamá había comprado, (no se a quien, ni se adonde fue a parar luego), era una especie de batea profunda, creo que de chapa gruesa, color marrón, cuya parte posterior podía abrirse, y en la cabecera tenía una capota rígida que se ponía o quitaba a voluntad. Casi siempre estaba sin esa capota, salvo que saliéramos a pasear o que mamá quisiera hacerle una semi-penumbra a mi hermana Marta para que se durmiera más fácil. TODO MUY FUNCIONAL. Dentro del ámbito doméstico, es el recuerdo mas antiguo que tengo, pero quería compartirlo con ustedes, para poder mostrarles unas imágenes que rastrée por Internet, muy aproximadas a la de aquel cochecito de bebé que usó mi hermana. Y pueden reirse, si lo desean!!