Pero es que hoy siento la necesidad de saludarlos en estas fechas, tan caras a nuestros corazones.
En estos días, repasé tantos nombres de personas queridas, amigos de antes, otros que vinieron después y que fui encontrando por diversas circunstancias de la vida, y de familiares - muchos ya no están físicamente-, abuelos, padres, hermanos, tíos, primos...
A la distancia en el tiempo, inmaterial pero corporizado en cada uno de ellos, fueron apareciendo , con sus rostros y nombres. Con ellos , las alegrías vividas o los tristes vacíos por sus ausencias.
Gentes de mi pueblo, gente con alma de pan...
Pero aquí hago un paréntesis, para nombrar y recordar públicamente, a todos aquellos lectores y colaboradores del blog, que me escribían desde lugares lejanos, y a los cuales no he podido conocer personalmente.
También para ellos van estas líneas, con agradecimiento y cariño.
Es que estas fechas uno hace un repaso del tiempo trascurrido. Y aparecen las Navidades...
Allá por mi pre-adolescencia, conocí el Árbol de Navidad. Antes, sólo creíamos en los Reyes Magos.
La mayor ilusión para las cándidas almas infantiles ,- herencia española-, que nos hacía soñar con hermosos regalos y con la posibilidad de llegar a descubrir al Rey Mago cuando visitara nuestro hogar, mientras dejaba el camello " estacionado" en el patio de tierra.
Y mientras dudábamos de si el camello lo dejaba afuera o pasaba por el ojo de la cerradura, - porque se sabe, la magia todo lo puede -, apareció un poco fanfarrón, el árbol de Navidad !
Pero al principio, fue todo un aprendizaje armar y vestir al arbolito. Como todo.
Mi tía Esther, siempre a la vanguardia como pocas, le pidió a su esposo, mi tío Miguel, hermano de mi padre, que le trajera la punta de un gran pino. Cómo se las ingenió mi tío, no se, pero apareció con un árbol ( cima arrebatada de un hermoso ejemplar ), que llegaba hasta el techo.
En aquellos tiempos, ni conocíamos la palabra Ecología, y mucho menos la practicábamos.
Inmediatamente, mi tía lo adornó con mil y un accesorios : bolas brillantes, angelitos, y toda lindura novedosa que apareció en los comercios.
Y compró además, una velita para el extremo de cada rama. Las velitas venían colocadas en una especie de pinza pequeña, metálica, que trabajaba a modo de prensa.
Era tecnología de punta!
Y llegó el momento de encender las velas...Una preciosura! Nos quedamos admirados: colores, alegría, fantasía! Cuanta belleza!
Pero, el pino natural con toda su resina, comenzó a prenderse fuego. Y las llamas, rápidamente, llegaron al cielorraso. Cómo terminó todo? A puros baldazos de agua! El rincón, entregado orgullosamente al árbol, estaba negro, tiznado y empapado!
Adiós, nueva experiencia!
Y ese fue mi primer contacto con esa costumbre navideña.
Pero ya estaba sembrada la semillita del tiempo nuevo, y empezamos en casa a plantar nuestro propio arbolito, pequeño y modesto. Para ello poco dinero necesitábamos: bastaba un poco de ingenio , mas papeles de colores metalizados , que quedaban después de comernos los bombones, y con ellos forrábamos piñas pequeñas. Alguna chuchería mas, y armado nuestro árbol!
Y éramos felices!
Vida simple, que hoy evoco y que me hace recordar lo que dijo aquel poeta:
" Dos mas dos eran cuatro. Y no uno mas uno mas uno mas uno... Éramos ignorantes, y todo lo hacíamos con la simplicidad del ignorante.Y comíamos con un solo cuchillo y un solo tenedor, y una cuchara despareja..., y un vaso quebrado, y una servilleta con ojos de buey...Y hasta nos mirábamos con cariño! Y todos éramos, ciertamente, algo mas buenos! "
Esa era nuestra vida, buena, modesta, con nuestros mayores, con nuestros afectos...
Todo aquello es pasado, y pasado está.
Pero ya no quiero perder mas cosas, por eso aprovecho hoy la cercanía de estas Fiestas, para decirles que los recuerdo a todos y a cada uno, que los abrazo desde mi corazón, y que les deseo lo mejor, lo mas hermoso que la vida les depare para esta Navidad y el Nuevo Año.
FELIZ NAVIDAD!!!