de puertas abiertas,
no necesita llaves
ni contraseña.
Mi pueblo es mucho más de lo que se ve .Bajo su apariencia tranquila, Copetonas y sus habitantes tienen un dinamismo propio. Viven .Quien piense que “allí no pasa nada”, está equivocado.Con los pueblos sucede igual que con los hombres: ¿qué persona nace, vive y muere, trazando una línea recta de su existencia? Acaso no hay en esa línea picos de alegría, alguna meseta, depresiones profundas por algún dolor? Qué individuo es feliz toda la vida, o por el contrario desdichado siempre? Bueno, exactamente igual es la vida de los pueblos. Exactamente igual es la vida de Copetonas. Es un pueblo que ha sufrido altibajos, y, empero, tiene identidad propia. El carácter de un pueblo, dicen, se lo imprime su gente. Pero hete aquí que esa misma gente se ha nutrido previamente con lo que le brindó el pueblo y su entorno, en este caso tranquilidad, paz, soles sin límites, verdes renovados, estrellas hasta lo infinito, pájaros, mariposas… (pensemos que en las ciudades de Europa ya no hay pájaros ni mariposas!)
Creo que los pueblos son el último refugio de flora y fauna. Como fueron el primer ejemplo de tolerancia étnica: acá se mezcló el criollo con el italiano , el español, el dinamarqués, el árabe ( mal llamado “turco”) ,el alemán, etc, todos en perfecta armonía comunitaria. De este gran rompecabezas, bien ensamblado, está hecho “el Ser copetonense” Pero todo lo que brindó Copetonas antaño, está allí, inalterable, como antes, ahora y siempre. Y eso es lo maravilloso. Sus habitantes viven sin temores de inseguridad , por lo que es bastante común no poner cerrojo a sus puertas, y ver bicis apoyadas contra las paredes , sin candado, en la certeza de que allí estarán cuando se las busque. “Criminalidad Cero”, dice un informe de la Policía, publicado oportunamente por el diario La Voz del Pueblo de Tres Arroyos. Copetonas es paso habitual del turismo hacia Reta, que lo atraviesa para llegar al balneario. Además los retenses y veraneantes deben llegar aquí para utilizar los servicios del Banco Provincia (incluido el cajero automático) y surtir de combustibles el tanque de sus vehículos, ya que en Reta no existe nada de eso. Banco (ver foto) y estación de servicio están ubicados en la calle principal de la localidad, Avenida José de San Martín. Copetonas vive del campo; le rodean tierras feraces para los cereales y óptimas para la ganadería. Claro que a veces, por motivos diversos, el campo “ no anda bien” y eso se refleja en la actividad urbana. Si no circula dinero todo se retrae.
Copetonas es hoy un pueblo prolijo, cuidado, pintado, con el aporte de la Delegación Municipal (ver foto ) en lo público y el de los particulares en lo privado. Se respetan las leyes de tránsito, aunque sea un pueblo pequeño, por lo que es bueno recordarlo si se anda por allí. Y se respeta lo ecológico: allí se separan latas , de vidrios, de plásticos y de residuos orgánicos.
Creo que los pueblos son el último refugio de flora y fauna. Como fueron el primer ejemplo de tolerancia étnica: acá se mezcló el criollo con el italiano , el español, el dinamarqués, el árabe ( mal llamado “turco”) ,el alemán, etc, todos en perfecta armonía comunitaria. De este gran rompecabezas, bien ensamblado, está hecho “el Ser copetonense” Pero todo lo que brindó Copetonas antaño, está allí, inalterable, como antes, ahora y siempre. Y eso es lo maravilloso. Sus habitantes viven sin temores de inseguridad , por lo que es bastante común no poner cerrojo a sus puertas, y ver bicis apoyadas contra las paredes , sin candado, en la certeza de que allí estarán cuando se las busque. “Criminalidad Cero”, dice un informe de la Policía, publicado oportunamente por el diario La Voz del Pueblo de Tres Arroyos. Copetonas es paso habitual del turismo hacia Reta, que lo atraviesa para llegar al balneario. Además los retenses y veraneantes deben llegar aquí para utilizar los servicios del Banco Provincia (incluido el cajero automático) y surtir de combustibles el tanque de sus vehículos, ya que en Reta no existe nada de eso. Banco (ver foto) y estación de servicio están ubicados en la calle principal de la localidad, Avenida José de San Martín. Copetonas vive del campo; le rodean tierras feraces para los cereales y óptimas para la ganadería. Claro que a veces, por motivos diversos, el campo “ no anda bien” y eso se refleja en la actividad urbana. Si no circula dinero todo se retrae.
Copetonas es hoy un pueblo prolijo, cuidado, pintado, con el aporte de la Delegación Municipal (ver foto ) en lo público y el de los particulares en lo privado. Se respetan las leyes de tránsito, aunque sea un pueblo pequeño, por lo que es bueno recordarlo si se anda por allí. Y se respeta lo ecológico: allí se separan latas , de vidrios, de plásticos y de residuos orgánicos.
Sinceramente María del Carmen: Ya he leído algunas notas tuyas, allá en el "Arcón", las cuales me recordaron, a mis " Viejos", ellos vivieron un tiempo, por Copetonas, Claromecó, Reta, Ochandio, San Cayetano, mi Padre era nativo de Tres Arroyos, de ahi que anduvieran por esos lugares, en aquellos tiempos que trabajaba en Estancias y/o transportando cereales y hoy al visitar este tú " Blog", veo con qué amor hablas, de Copetonas y la verdad aquellas anecdoctas, de mis " Viejos", de un pueblo tranquilo y "crisol de razas", es tal cual lo cuentas ahora, con mucho...¡ AMOR!.....yyy...¡Es verdad lo de las Mariposas !...¡Que linda es la vida de pueblo !...¿NO?...
ResponderEliminarTe Saluda con Afecto y a tú " Viejo" " Copetonense--
LITO de BERNAL
me encanta todo lo que escribes!!! te felicito!!! qué homenaje a tu papá!!!
ResponderEliminarHola muy bueno el blog! Mi nombre es Federico Hansen. Quiero contarte que durante mi infancia tuve la suerte de pasar tardes en casa de tu padre, acompañado de un grupo de amigos (Mariano, Laura, SOfia, Fernando entre otros) a la espera de sus historias.
ResponderEliminarEsto fué hace tiempo unos 20 años, igual mirando el blog nos damos cuenta que el tiempo nunca pasa entre el amor del Copetonense y su pueblo. Siempre había una nueva historia por escuchar. Historias que en el día de hoy les cuento a mis hijos.
Hoy no podré escribir en detalle las historias pero si las titularé para una próxima entrada.
Aquellas historias fueron:
* El día que trepó por el chorro de una catarata al ser seguido por leones.
* El día que un tigre abrió su boca para moderlo y el metió su mano dentro y lo dió vuelta desde la cola.
Gracias!
Fede
Gracias, Federico! Me gustará saber de esas historias y si me permitís, publicarlas.No se de que Hansen sos, ni donde vivís, pero te invito a que me mandes tu historia familiar, y fotos de ella, porque sin dudas también hicieron Cope. Sostengo siempre que este blog se hace entre mucha gente, sobre todo los que deseen colaborar.
ResponderEliminarAguardo tu respuesta.Fijate el mail en el perfil.Cariños María del Carmen
Cómo me gustan tus historias! Y ese pueblo que es como era el mío, pero el mío ahora ya no es igual, hay mucha gente "de afuera", más habitantes que vienen a buscar tranquilidad, pero eso ahora ya se va perdiendo en mi ciudad, las puertas se cierran , las bicicletas con candado, no podés dejar en auto en marcha o con la llave puesta(antes sí).
ResponderEliminarQUÉ LINDA ES LA VIDA DE PUEBLO!!
Besos. Elba.
que lindo es copetonas
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