Muchos ya saben. Muchos no. Muchos saben todo. Muchos saben a medias. Hace 15 días fui víctima de un robo en Copetonas. Pueblito de 1.000 habitantes, ubicado en el partido de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, en cercanías al Balneario Reta, otra pequeña localidad también perteneciente al partido de Tres Arroyos. Ese robo no sucedió en mi vivienda, pero entre lo que se robaron, se llevaron CUARENTA MIL DÓLARES (U$S 40.000) que eran propiedad de la sociedad de hecho que tenemos con mi hermano, toda una vida de trabajo, que no sé si algún día con lo difícil que está todo volveremos a recuperar. Angustia, impotencia, no por lo material, sino por lo que hay detrás de ese dinero: esfuerzo, sacrificio, lucha, remarla en un mar de dulce de leche. Nos rompimos el alma, el cuerpo y la cabeza para no perder todo. Doy las gracias que un tiempo antes, tuvimos por circunstancias de la vida tener que cambiar de rubro y tenemos trabajo, pero si esto hubiera pasado antes, quedábamos EN LA LONA. Esto no sé cómo sigue ahora. Cambiaron nuestros planes, nuestros proyectos. Nuestro futuro. INDIGNACIÓN. Palabra que sumo a la angustia, a la impotencia, a la sensación de desprotección y vulnerabilidad. La primer INDIGNACIÓN que sentí, luego del golpazo que fue encontrarme con semejante noticia, fue que los principales medios de comunicación de la ciudad de Tres Arroyos (estimo que el lector podrá interpretar/averiguar quienes/cuales son), fue que informaron datos falsos del hecho delictivo. Que el robo fue solo de $ 200.000, que fue en horas de la madrugada. Como verán, el robo no fue solo de $ 200.000, tampoco fue en horas de la madrugada, sino que fue entre las 21:00 y 23:20 hs. Y cada día que pasa es peor. No es por mí. Es por la sumatoria de todos los robos que ocurren en la localidad hace tiempo, cada vez peor, cada vez más impunidad. En la localidad de Reta pasa exactamente los mismo. Pueblos que eran paraísos por su tranquilidad y seguridad, ¿A dónde vamos a parar?. Estamos perdiendo mucho. Y ellos están ganando mucho. IMPUNIDAD. Todos saben, nadie hace nada. Todo es lento. Todo tarda, y cuando querés acordar, no hay nada por hacer. Muchos bajan la cabeza, no se animan a hablar, y lo respeto. Pero no me voy a quedar callado, ni por mí, ni por el resto. No puede seguir pasando más esto ni en Reta ni en Copetonas. No tiene que volver a pasar la facilidad del robo. No puedo callarme en el capital que nos reventaron a mí y a mi hermano porque les sigo haciendo el caldo gordo. Exijo JUSTICIA. Suena una frase hecha, pero lamentablemente es la realidad. Esto no tiene que quedar en la nada. Solicito a todas las autoridades y funcionares responsables del problema de la delincuencia organizada en estas pequeñas localidades que tomen el Toro por las Astas, que hagan lo que tienen que hacer. Repito, esto no tiene que volver a ocurrir. Sepan que no voy a parar hasta sentir que por lo menos ALGO SE HIZO. Por lo que sufrimos nosotros, por lo que sufrieron otros, y por lo que sufrirá el resto si esta bola de delincuencia organizada no para. EL PROBLEMA MÁS GRAVE NO ES LA ACCIÓN, SINO LA OMISIÓN FRENTE A LA ACCIÓN. GRACIAS POR LEER Y OJALÁ MUCHOS TENGAN LA VALENTÍA DE COMPARTIR ESTA SENSACIÓN QUE ESTOY SEGURO MÁS DE UNO LA TIENE. EZEQUIEL ANDERSEN.
