viernes, 30 de septiembre de 2011

Flia.Simón-García (ellos también hicieron Copetonas)



Este matrimonio , proveniente de Lobería, hace 44 años que arribó a Copetonas por razones de trabajo, y tanto les gustó el pueblo y su gente, que se quedó para siempre. Y es bueno aclarar que por también por trabajo conocieron buena parte de nuestra provincia, hecho que hace muy válida esa elección de vida.
El es MATÍAS SIMÓN. Ella, su esposa, LILIA GARCÍA. Siempre ligados a las tareas rurales, llegaron al pueblo como empleados de Miguel Angel Usandizaga, para sumarlos al personal de los campos " Las Marías" y " El rebenque". En ese empleo estuvieron tres años. Luego volvieron a Tandil, para trabajar en otras tierras del mismo dueño. Posteriormente, trabajaron en Lin-Calel, en lo de Beatriz Larsen, donde Matías fué mensual y parquero. Más tarde, en el campo de Di Tulio, en Copetonas. Después, trabajaron en los olivares, camino a Cnel. Dorrego. Entre uno y otro, hubo mas trabajos, en distintos destinos. Pero ya sabían como era Copetonas, así es que compraron la quinta de Espiñeyra, con la decisión firme de radicarse en el pueblo. Para ese entonces, ya habían conocido a los integrantes de dos matrimonios que recuerdan hoy como sus mejores e incondicionales amigos: Haydée Smith y "Polincho" Rens, por un lado, y a Ofelia Bugallo y su esposo Serna, quienes fueron los primeros que les abrieron las puertas de sus casas y de sus corazones.
A todo esto, ya tenían a sus dos hijos: Osvaldo y María Rosa. Estos hijos ya se casaron, el primero con Ana María Sallago. La segunda, con Pancho Cristiansen. Y ambos hijos los han hecho abuelos. Es grato ver a los abuelos orgullosos exponiendo sobre sus muebles las fotos de sus nietos.
Pero además, quiero detenerme un poco sobre estos hijos, porque Osvaldo , por ejemplo, es muchacho amante de lo tradicionalista, y por eso tiene tropillas que le propician participar de desfiles y fiestas gauchas. Pero con una particularidad: las conduce con mucha destreza desde un sulky, ya que por razones de salud se ve impedido de hacerlo a caballo. Según cuentan sus padres, es el único tropillero que utiliza un sulky para esos menesteres, por lo que causa admiración. Y en cuanto a María Rosa, -no lo dicen sus padres. lo digo yo-, es una artista plástica extraordinaria. Hace años ví unas pinturas suyas, y me deslumbraron. Espero que siga pintando.
El tiempo a pasado, Matías y Lilia hoy viven tranquilos en su casa de la calle Misiones, (allí donde vivió alguna vez la Sra. Suizán y sus hijas, y luego la mamá de Alex Pedersen); y Matías con sus 82 años trabaja con mucha pasión como soguero. Se levanta muy temprano y empieza a limpiar los cueros, a preparar maneas, rebenques, riendas, bozales, etc., que luego venderá y con mucho éxito.

Gracias, Lilia. Gracias, Matías!!!

Briceño- Ortiz de Rosas (ellos también hacen Copetonas)







Herrería que fue de mi padre. Hoy es de Briceño.(2010)

Salón que papá construyó para Ferretería.
Hoy la Flia. Briceño lo utiliza para salón de fiestas y pelotero.


La casa en que crecimos los tres hermanos con nuestros padres.

Con ligeras modificaciones, hoy la habita la Flia. Briceño.


Evangelina y Celia. Sept. 2011 .


Llegaron hace 25 años al pueblo, provenientes del Pdo. de Villarino. Celia Ortiz de Rosas y su esposo Adalberto Briceño (Tito), trabajaron 12 años en un campo de aquella zona, con el enorme sacrificio de tener que mandar a sus cuatro hijas a Bahía Blanca, para que estudiaran, puesto que eso no era posible donde vivían. El sacrificio era doble: económico y afectivo, ya que a las niñas no las veían durante importantes lapsos de tiempo en el transcurso del año.Tito en esa estancia trabajaba de herrero; pero en el último año que permanecieron allí, la parte patronal y los Briceño no se pusieron de acuerdo en el valor del sueldo a acordar , y Tito y Celia decidieron buscar nuevos horizontes. Estuvieron trabajando en lugares cercanos, pero no por mucho tiempo: un día un hermano de Tito, José, que trabajaba en un campo de Copetonas, les propuso que se vinieran para aquí, a trabajar y a vivir. De esa manera, la familia se pudo reunificar, los padres y sus hijas María Gabriela, Evangelina, Marina Lorena y Andrea Viviana.
Hoy se puede ver la plenitud en la cara de Celia, al tener a sus hijas cerca, anhelo tan largamente acariciado.
Las chicas terminaron de crecer en Copetonas, y hoy todas están casadas: Gabriela con Carlos Alfredo Manríquez, Evangelina con Marcos Alfredo Fernández,(ambas viven en Copetonas), Marina con Diego Rodríguez de Tres Arroyos - y vive en Tres Arroyos con su familia-, y Andrea con Mauricio Suárez, quienes viven en Oriente. De estas uniones, Celia y Tito tienen hoy 11 hermosos nietos.
Al poco tiempo de llegar al pueblo, Celia abrió una verdulería, -"La Favorita"-,en el local que alguna vez fué el bar de Larsen y Lozano, sobre la calle La Rioja, entre San Martín y Misiones.
Celia por estos días, sólo es ama de casa, ¡que no es poco!, pero confiesa que le encanta ejercer el comercio. Es aún una mujer joven, entusiasta y vital. La familia Briceño compró la propiedad de Juan Hernández ( en realidad la vivienda de mis padres y donde crecimos sus hijos), que constaba de la casa de familia, el galpón de chapa donde papá tenía la herrería, y el salón que fué la ferretería, en la esquina de La Rioja y Misiones, hoy transformado en un pelotero y salón de fiestas. La propiedad no ha sufrido grandes modificaciones, y en lo que era la herrería, Tito desarrolla su actividad de herrero, además de tener taller y ser molinero.
En fin, la historia de esta familia fue contada a grandes rasgos; guardados en su recuerdo quedan aquellos lugares donde trabajaron por períodos breves de tiempo, antes de afincarse aquí, y también queda en ellos el recuerdo de luchas, alegrías y sinsabores que han vivido como cualquier otra familia. Porque ASI ES LA VIDA.

Gracias, familia Briceño!!

lunes, 26 de septiembre de 2011

Flia.Lo Presti- Zingales (ellos también hicieron Copetonas)

Esta es una historia de amor. También muy dolorosa, como dice Rosina, uno de los protagonistas.
En realidad, es una historia de inmigrantes, como tantas, aunque como digo siempre, si bien en algún punto se unen, cada una de ellas es única e irrepetible.
ROSINA ZINGALES LOSARDO nació en Mirto, Italia. Allí vivía con su madre y sus seis hermanos varones, hasta que vino a Argentina. En Mirto se casó con ANTONIO LO PRESTI ANTONIO, después de sólo seis meses de novios. A la boda no faltó nadie: tampoco faltó el hermoso vestido blanco. Pero esa felicidad se vió interrumpida por la carta de llamada para Antonio, proveniente de José Lo Presti, que desde Argentina - exactamente desde Copetonas-, cumplía con lo prometido al menos desde un año antes. Tanto tiempo había pasado desde esa promesa de llamarlo desde Argentina, y siempre sin novedades, que ya Antonio no pensaba en viajar, y recién casado casi ni lo recordaba. Pero la carta de llamada lo cambiaba todo, así es que se vió, con sólo 20 días de casado, subiendo al barco...solo. En Mirto quedaba su esposa, desconsolada, con la única ilusión de esperar que él, su amado , la mandara a buscar en cuanto juntara el dinero para el pasaje.
Antonio llegó a Copetonas en 1949, ya hace 62 años. Al principio comía en lo de su primo José Lo Presti, hombre al que conocimos como peluquero y tendero, con su vivienda sobre las calles La Rioja y San Martín. José por esos días vivía con su esposa Dora Di Nápoli y su cuñada Chola. Antonio por las noches dormía en un cuarto de pensión que estaba sobre la misma calle San Martín, muy cerca de la casa que luego sería de Willy Andersen. Y durante el día, en la vereda, ponía un banco y trabajaba en tareas inherentes a sus oficios de carpintero y ebanista.
Así, con enorme sacrificio, fué preparando su futuro, en el que por supuesto, estaba incluida Rosina. Cuando sus ingresos se lo permitieron, le alquiló un saloncito a Honorio Romanello, y siguió con sus trabajos bajo techo, ya con algunas herramientas. Pasaron 18 meses hasta que pudo traer a su esposa, comprando un pasaje en cuotas.
Al llegar ese momento del viaje, en Italia la mamá de Rosina, doña Teresa, le dijo a su hija que fuera con su marido, pero en cuanto pudiera mandara a buscar a sus hermanos. Doña Teresa ya estaba gravemente enferma, y ella lo sabía, pero uno imagina ese momento de desprendimiento y de generosidad que tuvo esta madre, y , al menos yo, la veo en su gigantesca dimensión. Rosina recuerda que en realidad, en Italia no estaban tan mal; había unas tierras, y unos animales, pero el recuerdo de la guerra cercana ensombrecía todo proyecto de futuro venturoso...
Al fin, un mes en barco, y Rosina se reencontró con Antonio!
Al principio la pareja alquiló en lo de doña Mica, madre de Chichí Videla, a metros de lo que sería mas adelante, su residencia de toda la vida, sobre la Diagonal Sur.
Luego, Antonio, siempre con mucho trabajo, alquiló la esquina sita en Diagonal Sur y Misiones, puso más máquinas y trabajó sin descanso. Tanto, que ya pudo al fin, comprar esa propiedad , donde vivirían toda su vida. A esta altura, la familia había crecido, y del matrimonio habían nacido Teresa Concepción y Antonio. Ya Rosina había empezado a llamar a sus hermanos, y así llegaron Juan, Loreto, Salvador y Enrique, (aunque no en ese orden).
Entre la viruta y el aserrín, por un lado, y la familia por otro, transcurrió la vida honrada de Antonio, mientras Rosina se ocupaba de la casa y los hijos.
Antonio falleció hace 7 años, y Rosina - quien me contó esta hermosa historia de amor-, está muy cuidada por su hija Teresa, que es la que vive mas cerca, y ésta le ha dado tres nietos que a la vez la han hecho bisabuela.



Gracias, Rosina!!!

domingo, 25 de septiembre de 2011

1946: accidente en la vía.










Las imágenes muestran un insólito accidente, que tuvo como protagonistas al tren y al camión de Ricardo Rasmussen. Por razones que desconozco, el tren embiste al camión que evidentemente se encontraba en peligrosa situación. No hubo víctimas. Año 1946.


Gracias, Ulises Sosa!!

jueves, 1 de septiembre de 2011

Muestra de Copetonas Turismo Rural.

Maria Elvira presentando a Pedro Fernández
Parte de la concurrencia

Las Danzas

Otra pareja

Parte de los stand

Otra muestra

Otro aspecto

Otra vista



Marta Corbellini

Maria Elvira

Graciela Montalivet

El Cardo

La Primera Muestra "Copetonas Turismo Rural" que se llevó a cabo los días 27 y 28 de Agosto de 2011, en el Museo Mulazzi de Tres Arroyos, fué todo un éxito. Hubo Stand de Emprendedores, Artesanos,Charlas, Degustación, Espectáculos.

Presentación de la propuesta del Grupo María Elvira Ochoa. " Museo del Centenario para Copetonas ". Disertación a cargo de la Museóloga Marisa Martín. "Rescate y Conservación del Patrimonio Cultural". Disertación a cargo de Marta Corbellini, Gestora Cultural. "Los orígenes de Copetonas", disertación a cargo de la Historiadora Estela Gil. Cierre con música y danzas. "Historia del campo para mis nietos", disertación a cargo de la Escritora Graciela Montalivet, sobre la vida en el campo, a través su experiencia personal como pionera en el turismo rural en la zona de Copetonas. Presentación Agrupación Tradicionalista El Cardo, de Copetonas. Degustaciones en La Matera. Charla sobre la historia cotidiana y vivencias del pueblo rural, a cargo del Dr. Pedro Fernández, vecino de Copetonas.

Participaron de la muestra, entre otros:

Matías Simón, soguero.

Irma Monforte, telar artesanal.

Diana Fontenla, tejidos.

Yolanda Gaitán, hilados artesanales.

Artesanía El Mocito, cuchillería.

Antigüedades del Rey, restauración de muebles.

Tortas Artesanales La Gorda.

El quincho en el Campo.

Restaurant La casa del Abuelo.

Estancias La Cascada, La Clarita y La estrella.

He acompañado el texto con unas pocas fotografías de estas dos jornadas, sabiendo que faltan las de muchos participantes, a los cuales les pido dispensas, pero me fue imposible publicarlas.

Y a la gente de Copetonas Turismo Rural, y todos los que colaboraron en esta muestra, Felicitaciones!!