Don Juan Migliarino era conocido por todos por Don Juani, que , en realidad, y de acuerdo a su origen itálico sonaba como " Don Yuani." Vivía solo, y creo no tenía parentesco con nadie. Muchos le conocieron, porque vivió en nuestro pueblo trabajando en él como albañil, pero no puedo precisar esos años, ni tengo una foto que nos refresque su imagen. Para mí, el recuerdo mas cercano es de 1952, cuando mi padre le compra el terreno de la calle La Rioja, haciendo esquina con la calle Misiones. Se trataba de 445 m2, que papá pagó en pocas cuotas en un total de $ 4.500.-.
En el terreno, había una construcción precarísima, de cocina, habitación, y un retrete cercano. Mi padre, de a poco y con ayuda de mamá fue ampliando y arreglando un poco la vivienda, con enorme esfuerzo. Mi padre levantó en dos etapas su herrería, de chapa, que aún está, y algunos años después costryó un local para abrir una ferretería, que explotó un tiempo. Alli, en ese punto ( a una cuadra de la calle principal), vivimos nuestra infancia mis hermanos y yo, y hoy, con algunos cambios, es la propiedad de Tito Briceño y familia.¨Pero yo quería hablar de Don Juani, porque era todo un personaje. Parecía andaluz y no italiano, por las disparatadas historias que contaba. Pero esas historias hacían las delicias de grandes y chicos, tanto que hoy son muchos las que las recuerdan.
Por ejemplo, él decía que hacía milanesas de hielo. ( Hoy habría que revisar este relato, sobre todo a partir del conocimiento de la existencia del helado frito; o no? )
Otra de sus historias era que él cazaba tigres con un martillo y una zaranda: cuando el tigre saltaba y se le abalanzaba, él interponía la zaranda y el tigre clavaba sus uñas en ella, momento en que aprovechaba para martillárselas del otro lado, remachándolas.
Y la caza del león ( que de todo sabía por experiencia propia) era desopilante : cuando el animal se le venía, rugiendo, Don Juani le metía rápidamente la mano en la boca y desde el interior, le agarraba la cola, le daba un rápido tirón, y lo daba vuelta, quedando naturalmente la piel adentro y todos sus órganos afuera. Este cuento era el que despertaba mas intriga- recordemos que yo era una niña-, porque quería imaginar al león " al revés" y era imposible!
Ya ven, historias de un habitante de Copetonas, que , de alguna manera, también HIZO COPETONAS.