domingo, 19 de septiembre de 2010

Gato y Mancha , 2 caballitos heroicos

Desde 1998, cada 20 de setiembre se conmemora el Día del Caballo, en homenaje a GATO y MANCHA , los dos caballitos criollos que en 1928 realizaran la hazaña de unir Buenos Aires con Nueva York.
Todo comenzó en 1911, cuando el doctor Emilio Solanet, propietario de la estancia "El Cardal", de Ayacucho , provincia de Buenos Aires, viajó a Chubut y compró al cacique Liempichín un lote de padrillos y yeguas indias de las manadas criollas , marca del Corazón , pertenecientes a la tribu de los indios tehuelches Liempichín , convirtiéndose en el creador y propulsor de la raza criolla.
De entre ellos , Solanet eligió a Gato, un bayo oscuro de 16 años, y a Mancha, un overo manchado de 15, para que fuesen conducidos por el profesor suizo Aimé Félix Tschiffely, quien se propuso demostrar la fortaleza de los caballos criollos recorriendo las tres Américas, un trayecto de 21.500 km., hasta la ciudad de Nueva York , conquistando el récord mundial de distancia.
Partieron el 24 de abril de 1925, desde la Sociedad Rural Argentina en Buenos Aires, e iniciaron una travesía que se desarrolló en 504 etapas , durante poco mas de tres años, con un promedio de 46,2 km. por día. Durante el viaje cruzaron varias veces la cordillera, sobrepasando los 5.900 metros de altitud, (batiendo el récord de altura), y los caballitos llegaron a soportar temperaturas desde los 18 grados bajo cero hasta 52 a la sombra.
Los paises que vieron esta hazaña fueron Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia , Panamá, Honduras, Guatemala, México y E.E.U.U. , hazaña que demostraba las virtudes de la raza criolla, hasta entonces no valorada.
El 22 de setiembre de 1928, después de tres años , cuatro meses y seis días , Tschiffly ingresó a la ciudad de N.Y., montado en Mancha, quien lucía en su pecho un moño celeste y blanco.-Hoy cuento esta historia, tantas veces contada, y me vuelvo a emocionar!-. Gato no pudo acompañarlos hasta la meta final, porque fue herido por la patada de una mula y debió quedarse en la ciudad de México.
El tráfico de la Quinta Avenida se detuvo en homenaje al jinete y sus caballos. Tras recorrer íntegra la arteria, llegó al Palacio Municipal donde fueron recibidos por el Alcalde Walker , quien ante el embajador argentino les entregó la Medalla de Oro de la ciudad.
El 20 de diciembre de 1928 Gato y Mancha regresaron a nuestro país y permanecieron en la estancia de Solanet, donde fueron cuidados por el paisano Juan Dindart.
Cuentan que muchos años después Tschiffly regresó a verlos, y que le bastó sólo un silbido desde la tranquera para que estos nobles animales fueran al trote a su encuentro.
Gato murió en 1944, a los 36 años de edad, y Mancha en 1947, a los 34. Sus restos embalsamados permanecen para admiración del público, en el Complejo Museográfico Provincial "Enrique Udaondo" aunque sus entrañas fueron enterradas en la estancia de Solanet.
Su compañero Tschiffly falleció en 1954 y sus restos fueron llevados a la Recoleta, pero en 1998 de los depositó junto a las tumbas de Gato y Mancha, luego que se encontrara en los archivos de la estancia una carta de su viuda, Violeta Hume, que señalaba la última voluntad de su esposo: descansar junto a sus entrañables y heroicos amigos.

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He querido contar esta historia aquí, aunque no tenga directamente que ver con Copetonas, pero ya he hablado en otra oportunidad de los caballos y la consideración que merecen de nuestra parte, y pensé que vale la pena que nuestros jóvenes, tan afectos a Internet, la conozcan, y no la olviden.

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