lunes, 13 de septiembre de 2010

La leña de oveja

Apoyémonos en el pasado,
para poder proyectarnos al futuro.

En algún lugar leí que en los establecimientos de campo de la zona se utilizaba leña de oveja como combustible para cocinas y fogones. Movida por mi curiosidad , le pregunté a papá qué era, en qué consistía. Nunca había escuchado de ello, y gracias a Dios, conservo intacta la capacidad de curiosidad, primero, y luego , de asombro , ante éste y otros acertijos que me presenta la vida ; por eso busco y busco información.
Mi padre , que en cuestión de tareas de campo de antaño es un libro abierto,- ya que tuvo que hacer de todo junto a sus padres y hermanos en un medio rural -, me lo explicó.
La leña de oveja es, simplemente, el estiércol de los lanares. Eran tiempos en que no se soñaba con leña vegetal, salvo ramas y ramitas de los montes, a los cuales NO se los talaba. El primer cargamento de caldén, llegó en tren recién en 1918, procedente de Río Negro.
Mientras tanto, sólo la leña de oveja, marlos y brusquilla, además de las "tortas" de vaca ,(que también son estiércol, bah!), eran las variantes de combustibles fogoneros.
Para obtener la leña de oveja , se encerraba por las noches la majada en un mismo corral . Cuando después de cierto tiempo la capa de estiércol era de unos centímetros , se cambiaban de corral para pernocte y en aquel primero se procedía al corte de las heces. Para ello eran necesarios dos hombres y un caballo. Primero se marcaba con dos estacas y un hilo una línea recta, (una estaca en un lado del corral, otra en el opuesto paralelo). Desde una de esas estacas un hombre tenía una cuchilla grande, especial para ese uso, atada a una cuerda que terminaba en el caballo, a la altura de la otra estaca. El caballo era tirado de las riendas por el segundo hombre que iba a pié. De esta manera se iba cortando en línea recta , de lado a lado, y tantas veces repetido como hiciera falta. Los cortes podían ser cada 30 o 40 cms. Luego , de igual manera, se realizaba el mismo trabajo pero esta vez en sentido trasversal. El piso, así, ofrecía el aspecto de un gran damero, cuyo resultado final eran panes cuadrados que para terminar se ponían de canto a secar (ya que por debajo conservan la humedad). Cuando estaban secos , se apilaban para ser usados como leña.

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