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lunes, 11 de mayo de 2015

Don Gerardo Aragón: sus historias ( 6 )

Del libro:
         EL PUEBLO QUE ME VIO NACER- COPETONAS
         BICENTENARIO DE LA PATRIA 1810 - 2010
                                                          Gerardo Aragón

En este libro, Don Gerardo tiene también un recuerdo hacia la vieja comisaría, y el trabajo de los policías cuando hacían la ronda. ( Pág.20 )

Recuerda a La Primera Dorreguense, de Iribe. Era amarilla, dice. Salía de Oriente y bajaba la barranca para llegar al puente viejo sobre el río Quequén. Enfrentaba caminos de tierra, barro, etc.,hasta la ruta 3,  para ir y volver a y de Tres Arroyos.
Y El Trébol, verde, con Aurelio Rodríguez al volante.
Y los coches galeras, para llevar pasajeros y hacer comisiones : el de Roque Emanuele y el de Joaquín Ares. ( Pág 21 )

La cancha de pelota- bar y cancha de bochas... ( Pág. 23 )

El rancho de Zoilo Banegas y Felisa Pintos, con su horno de barro, piso de tierra, y los bailes que se hacían, a fuerza de " acordeona", mientras el vino corría de mano en mano. ( Pág. 24 )

También hay un párrafo para las esquiladoras, fuente de trabajo, que hoy se ha perdido.
Algunos de los dueños de esas máquinas fueron Malerbi, Antonio Cercós, Funes, Caballero...
( Pág 25)

Esta es una máquina esquiladora, de la familia Michiels.


Estos son los dos libros escritos por Don Gerardo, donados a la biblioteca
Almafuerte.  En ellos están mas detallados cada uno de los temas que voy mencionando..

lunes, 4 de mayo de 2015

Don Gerardo Aragón : sus historias ( 1 )

Gerardo Aragón nació en Oriente, el 29 de Diciembre de 1926. Su madre, Asunción Aragón era copetonense. Fué ella, precisamente, quien cruzó el viejo puente del Río Quequén con su hijito en brazos, recién nacido. Hasta aquí, quizá, una historia como tantas. Pero la mamá de Gerardo muere cuando él tenía apenas seis meses de vida, y ese acontecimiento cambió su vida radicalmente, ya que a partir de ese momento es criado por sus abuelos Felipe Baccá y Eusebia Herrera. Ellos tenían su casa en la misma manzana en que estaba - y está- , el Hotel Vega. Conoció a su madre a través de una fotografía que sus abuelos le mostraron, y siempre la quiso. Pero también quiso y agradeció a sus abuelos el cariño, la educación, el estudio que le brindaron , siempre. (pág. 2)
En su paso por la Escuela N° 25, recuerda a Palacios, el panadero que donaba en las fiestas patrias dos canastos de bollos y masas, que se consumían luego de los actos, acompañados de un jarrito de chocolate caliente. (pág. 3)
Cuenta que fué muy feliz. Pero recuerda también la sorpresa que luego se transformó en curiosidad, cuando él y otros chicos jugaban un "picadito" en un baldío que estaba frente a la casa de los abuelos , y vieron pasar por la calle principal una trilladora que marchaba muy lentamente. Detrás, una casilla, dormitorio del maquinista y su ayudante. Luego, otra casilla, donde dormía el cocinero y además cocinaba. Mas atrás, aún, una chata playa con la gente y sus pilchas, y, de manera separada un par de chatas espigadoras con 4 caballos cada una.
Cerrando ese desfile, el carro aguatero y el hombre encargado de abastecer del vital líquido a la trilladora, al cocinero y a los peones.
La curiosidad hizo que Gerardo y sus amigos, siguieran esa marcha de hombres, bestias y máquinas, hasta la ( hoy "vieja" ) comisaría.
La trilladora era de un pionero de Copetonas: Don Andrés de Urcullu. ( pág. 4 )

(Del libro EL PUEBLO QUE ME VIO CRECER- COPETONAS
              CENTENARIO DE LA PATRIA- 1810-2010 )


Cuento todo esto, que de por si es sumamente interesante, para contarles que Don Gerardo Aragón, escribió , ya mayor, dos libros que hablan de nuestro pueblo, el pueblo que lo vió crecer: Copetonas. Los dos libros fueron donados a la Biblioteca del Instituto Secundario Almafuerte (ISA), y están allí para que todas las personas que lo deseen , los consulten.
Para aquellos interesados en leerlos, he puesto , a modo de referencia, el número de las páginas donde aparece el relato publicado mas arriba .
Pero seguiré escribiendo mas historias, según sus recuerdos, porque valen la pena.

   


Sólo me resta agradecer a Eduardo Aragón, quien me habló de los libros de su padre y me permitió publicarlos ; a  las gentiles bibliotecarias de la biblioteca del ISA, y por supuesto, a Don Gerardo, cuyo trabajo me mueve, además , a admiración, por la edad avanzada en que lo realizó.




lunes, 21 de junio de 2010

Copetonas, somera historia inicial

Apasionante resulta la historia de estas tierras, cuando todavía el infiel era dueño y señor de ellas. Apasionante,…larga y cruel . Es que el indio, en medio de terribles alaridos (que de por sí solos erizaban la piel), se lanzaba sobre la pampa llevándose o aniquilando todo lo que encontraban a su paso. El Coronel Benito Machado, denominado “El Centinela del Desierto” por sus hazañas militares contra la brava indiada, fue el primero que concibió la idea de establecer un poblado entre Tandil y Bahía Blanca , allá por 1865, e incluso sugirió el lugar:.la unión de los tres arroyos que paren al Claromecó (Seco- del Medio- Orellano); arroyos que hoy atraviesan la ciudad . Existían algunos fortines erigidos de manera dispersa,( los fortines se construían rodeados de una empalizada alta que protegía los pocos ranchos que había adentro, y todos tenían,. además, una fosa circular exterior ,de tres metros de profundidad para evitar el ingreso de los indios en caso de un intempestivo malón.) .Pero también existían otros ranchos , de menor importancia, casi todos de carácter civil, como postas de galeras, por ejemplo.De esa manera se acortaban distancias y servían de enlace, achicando el desierto bárbaro. Con marchas y contramarchas, la ciudad de Tres Arroyos se crea muchos años después, mientras los gobiernos centrales negociaban con los caciques y firmaban tratados de común acuerdo. Todo parecía controlado y tranquilo.Pero el indio, astuto y taimado se movía en las sombras… Cuando estalla la guerra de la Triple Alianza (Argentina-Brasil-Uruguay) contra Paraguay, los poblados quedaron debilitados , ya que los hombres aptos fueron reclutados para el Ejército .Violando los distintos tratados , aprovechó el indio esa circunstancia para lanzar un malón de enormes proporciones sobre Juarez y Tres Arroyos, llevándose casi 60000 animales , unas 500 cautivas y degollando al resto, causando dolor y muerte por doquier, y obligando al blanco a replegarse. Empero, esos ranchos, quemados y arrasados, fueron sucedidos por otro, leguas mas, leguas menos.Entre1872 y 1876 las asonadas aborígenes fueron tremendamente destructivas, y llegaron hasta el río Quequén Salado.Decididamente,era necesario y urgente establecer asentamientos de blancos para obligar al indio, una vez más y para siempre ,a retroceder. Así se formaron esas pequeñas poblaciones, probablemente Copetonas también. Pero sólo la llegada del tren la pondría en el mapa.Cuántos abnegados pioneros de avanzada en el desierto, cuántos héroes anónimos entregaron sus vidas en la esperanza de un futuro promisorio! Mientras tanto,en el horizonte una gran sombra negra, amenazaba al infiel, pero él no lo sabía. .Se llamaba Julio Argentino Roca; era la sombra de la Muerte.