sábado, 31 de julio de 2010

Hoteles en Copetonas

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Mario Benedetti

Fino a los 18 años

Nevada en el año ´69. Atrás Hotel Vega.
En la foto, a la izq. Oscar Cristiansen,
Juan Cristiansen, Segundo Repetti, Alonso Prieto, Enrique Simonsen, Reynaldo Vega, Leone y Castro
(Foto gentileza de Aurora Alonso de Simonsen )

Esquina de Vega, hoy


Vista hotel Vega por calle La Rioja



Otra vista del Hotel Vega por la avenida.

Esquina del hotel que fué de Vacca
Otra vista parcial de lo que queda del hotel de Vacca


Vista parcial de la esquina del Hotel Vacca
En primer plano, Ester A. de Hernández

Vista parcial del hotel de Vacca, sobre calle La Rioja
año 1957

Otra vista del zaguán y ventanas del hotel de Merlo(luego Vacca)
Al frente Juancito y Carmen Hernández (año 1951)
Internet es una herramienta maravillosa, pero no todo lo que se publica es cierto. Lo digo porque buscando datos sobre Copetonas, leí hace muy poco tiempo lo escrito por alguien sobre que "el hotel de su abuelo era el único del pueblo". Debo disentir, y aclaro que es sin ánimo de menoscabar el orgullo de nieto que seguramente le embarga a quien escribió esa frase. Porque hace mucho tiempo que el único hotel que sobrevivía ya no es de los dueños originales, y ya no es lo que era, y además porque mientras fue de su abuelo , existían dos hoteles más, es decir: convivían simultáneamente tres hoteles en Copetonas y durante décadas: Hotel Brinda, Hotel Merlo y Hotel Vega. Supe que alguna vez existió el Hotel Dinamarqués, pero tengo muy poca data sobre él. Parece que era de don José Hansen, luego lo vendió a don Carlos Velain, luego fue vendido a un Sr. González, hasta que quiebra.
Yo conocí el Hotel Brinda ( de Lorenzo Brinda , casado con una señorita de la familia Di Nápoli ), ubicado en lo que es hoy la plazoleta limitada por Diagonal Sur, Avda. General San Martín y calle Pedro Eugenio Aramburo. Pleno centro, calle por medio con el Banco Provincia. El Hotel Brinda desapareció hace mucho tiempo. Pero antes que estuviera Brinda, existió allí el hotel Barcala, que era de chapa.
Del Hotel de Merlo tengo más historia: primero fue de don Manuel Rivas, quien lo edificó en 1910 , ¡ya tiene 100 años!, luego, en 1912 pasa a manos de don José Narbaiza, le siguen José Santiago,Manuel Pérez Gutiérrez , luego lo compró Enrique Merlo, casado con María, italiana como él, mujer buenísima, noble, que le dió varios hijos. Explotó el hotel muchos años, y cuando falleció su esposo Doña María se fué a Mar del Plata , después de vender el hotel a Reynaldo Vaca. Calculo que sería allá por 1958/59. Vaca arribaba a esa calle La Rioja esquina Misiones, con su esposa Emma, y sus hijos Rubén, Ester y Norita.
Vaca verdaderamente lo supo explotar. Conocía el "target" del establecimiento, y cuando quiso cambiarlo, mejorarlo, lo hizo. Así, en un momento determinado da una "vuelta de tuerca" y comienza a dar de comer en su salón comedor, con precios tan convenientes que fuimos muchas las familias que no ensuciábamos ollas en casa. A los precios se sumaban buen trato, buena comida, y para nosotros la comodidad ya que vivíamos enfrente.
En otros momentos hubo allí cantantes con poca fortuna ,(aquellos que repartían fotos ya firmadas) que recorrían los pueblos, un poco para sobrevivir, otro poco con la secreta esperanza de que alguien los "descubriera" y apareciera un contrato fabuloso.
Así, con estas variantes y otras, funcionó el hotel muchos años.
Con los hijos de Emma y Reynaldo crecimos mis hermanos y yo, hasta que ya con todos los hijos grandes la familia decide trasladarse a Tres Arroyos.
Vaca vende el hotel, y lo explota por muy breve tiempo el Sr. Juan Rivas, quien estaba casado con una dinamarquesa de apellido Pagh, y tenían dos hijos pequeños aún. Estimo que habrán estado allí unos dos años, y luego lo venden a Reynaldo Vega, dueño del tercer hotel que yo mencioné. En realidad Reynaldo Vega prosigue la actividad que ya sus padres habían iniciado hacía muchos años , en el año 1921, cuando le compraron el hotel al Sr. Mantecón, en ese inmueble de la Avda. San Martín esquina La Rioja, exactamente a una cuadra uno de otro. Los padres de Reynaldo -Higinia y Bonifacio- realizaron reformas en ese hotel al que le pusieron por nombre Hotel Moderno. De esta manera ,Vega consigue monopolizar el ramo hotelero en el pueblo. El que fué hotel de Vaca nunca más trabajó como tal ; no había necesidad de tanto alojamiento, por lo que Vega alquila el salón de la esquina para uso de una confitería bailable . Lo demás fué tapera...
Y del Hotel Vega también puedo decir mucho: sus iniciadores fueron Higinia Gutierrez y Bonifacio Vega, esposos y españoles ambos. Higinia era prima hermana de mi padre, Juan Hernández Gutierrez. Nosotros vivíamos a menos de una cuadra del hotel, y cada tanto íbamos de visita. Había un gran corredor con habitaciones por calle La Rioja, y sobre éstas, un piso superior también con habitaciones cuyas puertas daban, desde lo alto, al corralón. El acceso a dicho corralón era por la avenida San Martín, y en la esquina estaba el gran comedor con su mostrador para despachar algún trago. Por dentro, y adosada al comedor , la cocina.
Sobre la calle La Rioja, además, estaba la sodería "Rody", de Reynaldo Vega. Reynaldo fué el que se hizo cargo del hotel a la muerte de sus padres, cambiando presumiblemente a partir de ahí el nombre al establecimiento.
Por cierto, el hotel siempre gozó de prestigio: la seriedad de sus dueños y el hecho de ser siempre de una misma familia contribuyó para que con las décadas se fortaleciera más y más. En sus habitaciones se albergaron docentes, (de aquellas primeras que venían desde Tres Arroyos o Cnel.Dorrego),viajantes y todo viajero que andaba por estos lares.
Higinia y Bonifacio tuvieron tres hijos: Ceferino (Fino), Alberto y Reynaldo. Fino falleció hace años, de Alberto no se nada, y Reynaldo vive ya muy mayor en Copetonas. Pero el hotel de Vega fué vendido, y no escapó a las mudanzas que trae el tiempo.
Del edificio original está la esquina, (todavía al frente, por arriba del toldo, se puede leer con cierto trabajo: Hotel de R. Vega), pero hoy es un almacén. El inmueble fue comprado por Eduardo Degrange, quien puso el almacén, y que realizó modificaciones sobre las habitaciones: ahora son cinco, dos de ellas con baño privado. Por ahora, Copetonas no necesita más. El corralón está menos expuesto a la calle y el piso alto ha desaparecido. En cuanto a la sodería, fue vendida a Bálsamo y hoy hay allí una coqueta casita familiar.
Pero para cerrar esta crónica , debo hablar del triste final de aquel hotel de Vaca: Sólo queda en pié la esquina, que cada tanto se reutiliza para boliche bailable; de las habitaciones, de las paredes, de los corredores nada queda. Poco a poco, todo fue cayendo. A principio de 2006 , esas gruesas paredes exteriores se desplomaron, sobre calle La Rioja, arrastrando en la caída la puerta del zaguán, y alguna ventana. Era el fin. Y ahí ví cómo eran esos ladrillos asentados en barro: tenían unos 50 o 60 cms. de largo por 10 de espesor y unos 20 de ancho!
Me golpeó ver ese cadáver; ahí descubrí que por atrás, hacia adentro, nada quedaba. Ni la planta de naranja, enorme, señorial, que había en el patio! Entiendo que se caigan los ladrillos, uno a uno, o todos juntos, pero al naranjo, quién lo mató?, y... porqué? Hoy todo es desolación y duele: tantos años formó parte del paisaje de mi barrio, tantas veces ingresé por el zaguán a visitar a mis vecinos, tantas veces repeché la veredita un poco elevada , para llegar al hotel, que todavía me parece recordar desde las baldosas del corredor hasta la última piedra de aquella vereda!


Cuántas historias guardan esas paredes! Cuántas se habrán perdido en el mismo polvo de las ruinas!












viernes, 30 de julio de 2010

Oficios vinculados al caballo que se han perdido en Copetonas


Ya que escribí sobre los caballos, como complemento quiero referirme a los oficios vinculados a los equinos y que se han perdido.

Enllantador
Para poder entender mejor este trabajo que consiste en colocar el aro metálico a una rueda de carruaje, conviene que primero describa las partes de una rueda. La rueda consta de 4 partes :la central, la masa, donde se inserta el eje,
los rayos,
las camas,que vienen en dos semicírculos,
y la llanta.
En tiempos idos, no tan lejanos,había muchos carruajes en el pueblo.Unos para usos agrícolas , otros para usos urbanos. En ambos ámbitos, se veían chatas, villalongas, chatas rusas, sulkys, charrés, volantas, mateos, coches fúnebres, etc., etc., etc.
Apoyados sobre las ruedas, que giraban y giraban por esos caminos de Dios, el mayor desgaste lo sufrían éstas, los elásticos y el eje. En un barquinazo, o encajados en un zanjón, las ruedas podían llegar a desarmarse. Necesitaban, por ende, que alguien las reparara. Tal vez, cambiar partes de madera, y luego, contenerlas con la cinta metálica exterior, la llanta.
En Copetonas, creo que el último enllantador-sino el único-, fué Juan Hernández, mi padre. Para quien no conoce, el proceso resultará interesante.
En primer lugar, había que desarmar la rueda totalmente. Si la cama estaba rota, una o ambas, había que reemplazarla.Para ello se las mandaba a pedir , a veces a otras provincias, porque era difícil conseguirlas, lo que las hacía realmente caras. Tal vez ya no haya en el país fábricas de cama, pero siempre se compran hechas pues no se pueden recortar con un molde, ya que si así fuera, en un punto las vetas de la madera quedarían atravesadas. Las fábricas las hacían curvando la madera, mojada o verde; ignoro el proceso.
Con respecto a los rayos se compraban hechos, pero si por una eventualidad no se conseguían , papá los hacía, (al evocar esto me parece sentir otra vez el olor a lapacho en el aire). Y la masa, probablemente, era lo que más aguantaba; eso sí: si se rompía no tenía arreglo, había que comprar una nueva.
La masa venía ya con los agujeros para insertar los rayos, podríamos decir que es el núcleo que los sostiene y los distribuye. En las cavidades de la masa para los rayos, van como alternadamente, uno recto y el siguiente con cierta inclinación hacia adentro, otro recto, otro inclinado, y así todos.
Teniendo todas las piezas reparadas o reemplazadas por nuevas, sólo faltaba armar la rueda.La tarea era para conocedores. Para ello mi padre ponía en el suelo, en el patio, la llanta. Sobre ella, en toda la vuelta, encimadas prolijamente, astillas de leña, previos papeles con querosene debajo. Muy cerca, también sobre la tierra , apoyada sobre pequeños tacos de madera, la rueda armada: camas, rayos, masa. Sólo falta el suncho metálico que los mantendrá unidos y apretados.
Si sobre este conjunto se colocara la llanta en frío, la rueda se desarmaría, además de ser difícil de realizar este trabajo. Pero si la llanta se coloca caliente, al rojo vivo, el hierro se dilata, y luego al enfriarse aprieta y ciñe todas las partes.
Pues, el paso siguiente era encender el fuego sobre la llanta y cuando papá veía que ésta se ponía rosada, se la trasladaba entre varias personas (que en casa eran mis padres y yo,- no se si le tocó a algún otro hermano-). Para tomar en ese momento la llanta, mi padre, que a sido siempre muy habilidoso, había realizado unas tenazas largas, que se cerraban solas al tomar el hierro candente. Había que actuar muy rápido: tomar con las tenazas la llanta y ubicarla sobre la rueda de madera. Con la experiencia que le daba el oficio de años, de un vistazo papá sabía si iba a andar o por el contrario debía volver al fuego unos minutos más.Cuando por fin la llanta se colocaba sobre la rueda, comenzaba a quemar la madera de las camas. En ese momento mi padre echaba chorritos de agua en todo el perímetro para que dejara de quemar.

Este es todo el proceso de enllantado, oficio que se ha perdido en Copetonas.


Herrador de caballos
Este oficio también se ha perdido. Como hace falta una fragua y una bigornia cerca, los herradores llegaban a casa, donde papá tenía una herrería bien puesta, sobre calle La Rioja casi esquina Misiones. Los caballos necesitan atención en sus vasos , y ponerles herraduras para fortalecerlos. Pero cada animal tiene medidas distintas en sus partes córneas, por ello se trabaja la herradura si es preciso, para lo cual es menester calentarlas previamente.
Alguna vez, al principio, papá también herró algun  equino. 
Con el correr del tiempo,  cada tanto llegaba a casa algún fornido herrador, con su carga de herraduras y de clavos-que son especiales-, con una maza y una mordaza. Mientras se calentaban algunas herraduras en la fragua, ya preparaba el animal. Lo primero era retorcerle el morro con la mordaza, de manera que el pobre caballo estaba todo el tiempo ocupado y preocupado por lo que le pasaba en el hocico. Y luego, a mirarle la pata, una a una. El herrador se ponía una lona a modo de delantal, (no se el color de la tela, siempre estaba marrón, " artificialmente", claro), y levantando hacia atrás sin ningún miramiento la extremidad del caballo, probaba por encima la herradura. Si había que curvarla un poco, o abrirla, allá iba a la fragua donde estaban algunas ya rojas para ir adelantando. A veces había que pasar por la bigornia, luego se enfriaba con una rápida zambullida en un balde que estaba cerquita de la fragua, unos borbotones, unas salpicaduras, y allá iba rumbo a la pata. La pata, casi siempre apoyada en la rodilla del herrador, que, con golpes certeros le ponía los clavos respectivos, y así pasaba`por las 4 extremidades. Terminada la labor, le sacaba la mordaza al caballo, que quedaba largo rato reacomodándose la trompa...



El Registro Civil


El Registro Civil se establece en Copetonas en 1935. Desde sus inicios fué Jefe del mismo el Sr. León Pescader, y lo fué por muchos años.
Le sucedió la Sra. Celia (Beba) Casco de García.
En 1977 el Proceso de Reorganización Nacional, determina que debe cerrarse y proseguir sus actividades en la vecina localidad de Oriente, Partido de Coronel Dorrego, con las consiguientes dificultades que ello acarreaba para los copetonenses. Había que viajar para cualquier trámite: casamientos , defunciones, nacimientos, etc.
Con la recuperación de la democracia, en 1983, las cosas se ordenan como corresponde: el Registro Provincial de las Personas vuelve a Copetonas.
Hoy funciona en el mismo inmueble en que desempeña sus actividades la Sociedad de Fomento, sobre Avda. Gral. José de San Martín esquina Independencia.
Quería, en mi afán de brindar más datos históricos , saber el nombre de quien fué el primer infante anotado, el primer casamiento, o rastrear primeros habitantes de Copetonas, mas no fué posible, ya que para ello se debe pedir autorización al Jefe de Zona.
Agradezco, de cualquier modo, al actual Jefe de la dependencia, Sr. Martín Vázquez Suarez, por su amabilidad y el tiempo dispensado cuando lo contacté para informarme.
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Susana Videla me envió el dato del primer casamiento realizado en este Registro Civil: fue el de los padres de Susana, por tanto los contrayentes eran Videla-Alfonso, y se registró el 9-11-35.
Gracias, Susana y Elisa!
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Ali Musa (Quiquín), también aportó un dato interesante: él nació en el año 1930, y su padre tuvo que asentarlo en Oriente, ya que ese año, precisamente, el edificio del Civil había sufrido un incendio.
Gracias, Quiquín!

jueves, 29 de julio de 2010

Flia.Mara-Beltrán (ellos también hicieron Copetonas)

Jorge Mara

Tito Mara
Pochi Mara( con las flores)
Humberto Mara

Estas novias son algunas de las que encargaron sus vestidos de boda a Pila


Pila(sentada), en la boda de Marta Repetti y Rubén Vacca

Pochi en su casamiento con Pablo Nielsen

Boda de Luis Casabone y Edith Scoccia

Familias de muchos años en Copetonas son los Beltrán y los Mara. Pilar Antonia Beltrán, (Pila), llegó con sus padres y hermanos en 1936, procedentes de De La Garma.Más o menos al mismo tiempo, llegó desde otro lugar la familia Mara, padres y los 7 hijos,( 2 varones y 5 mujeres). Pila se recibió de Profesora de Corte y Confección, en Bahía Blanca, y fué, desde siempre , " la modista del pueblo" (y sabe Dios que había otras). Se casó con Humberto Mara , colchonero y talabartero, y de esa unión nacieron 3 niños:María Benedicta (Pochi), Gabriel Angel (Tito), y Jorge Nelson.
Pila quedó viuda con sólo 36 años : su esposo , Humberto , tenía 41 años cuando el cigarrillo terminó con su vida. Pila tuvo entonces que afrontar la vida sola, para criar a sus 3 hijitos.Con mucho sacrificio y sin desmayo, llevó adelante el hogar, como ella dice, "sólo con la aguja".
Fué sin dudas, la modista de Copetonas, y también profesora en su Academia de Corte y Confección. Quién no se hizo un vestido con Pila? Quién, en tantos años de modista (décadas), no se casó con un vestido de novia confeccionado por Pila?.
Hoy tiene 88 años, pero su voz suave, su gesto dulce y su natural y rápida sonrisa, son los de siempre, inalterables.
Y asegura que "aun extraña la máquina de coser"; por eso está ahí, abierta, en la sala.Y sobre ella, las huellas de su uso cotidiano: papelitos con cálculos, un par de anteojos, centímetro, hilos, tijera... Es que a pesar de su edad, Pila todavía realiza algunos trabajitos sencillos, por puro gusto nomás.

miércoles, 28 de julio de 2010

Transporte colectivo

Volvo Wiking 115-1962



El Trébol y César Echarri


Imagen (tomada en julio de 2010) de La Primera Dorreguense, estacionada detrás de otro coche en la terminal de Tres Arroyos


Copetonas está muy bien comunicada con las localidades de la zona, y también con la más cercana ciudad, que es Tres Arroyos, cabecera del partido del mismo nombre. El transporte colectivo que nos enlaza es , desde hace décadas , "La Primera Dorreguense".
La historia nos dice que alrededor del año 1937, dos hermanos bahienses, de apellido Torres, echaron a rodar por los caminos de Cnel. Dorrego, hasta Copetonas , el primer colectivo. Era de madera, con capacidad para 6 pasajeros. Fué LA PRIMERA DORREGUENSE . Pero para hacer justicia a la historia, quiero recordar que para esa época había otro transporte colectivo, pero salía ida y vuelta a Tres Arroyos únicamente, enlazando Copetonas con aquella ciudad. (ver familia Monforte).
Ya en la década del ´60, el colectivo era propiedad de Jaime Adolfo (Fito) Iribe ; él vivía en Oriente, por tanto el vehículo hacía el recorrido Oriente-Copetonas-Cascallares-Tres Arroyos , saliendo por la mañana y volviendo a la tarde, entrando a esas localidades y finalizando en Oriente.
También por esos años salía de Copetonas el colectivo "El Trébol", de Aurelio Rodríguez , y circuló por muchos años, saliendo por la mañana de Copetonas y volviendo por la tarde.
Tanto Iribe como Rodríguez eran amables, atentos, pacientes, con ese trato pueblerino que sólo se concibe cuando uno vive en estas pequeñas comunidades. Un día, Aurelio Rodríguez decide vender El Trébol, y lo compra César Echarri, quien lo trabaja desde 1970 a 1981 ."El Trébol" hacía Copetonas- Tres Arroyos, por la mañana, y a la tarde en sentido inverso, volvía al pueblo. Mientras tanto, "La Dorreguense" , como se la conoce popularmente, también sufría cambios: empieza a conducirlo Mabel, hija de Iribe. Mabel anduvo con "La Dorreguense" desde el 68 al 70. Fue por esos años que se asocian Echarri y Mabel, y deciden extender la línea al Reta. La sociedad funcionó tan bien que fue por esos días en que deciden ser pareja sentimental, hasta hoy.
Finalmente Iribe vende "La Dorreguense" al Petiso Irigoyen. El natural devenir de los tiempos hizo que cambiara de dueño, y así aparece en esta historia el Sr. Irigoyen , y después de él desde 1984 y hasta hoy, el dueño y conductor es Luis Arias, quien al principio había formado una sociedad con su hermano Manuel; pero fallecido éste, y desde hace 10 años sólo Luis sale a la ruta cada día.
También Luis vive en Oriente, así que el recorrido es el mismo que hacía Iribe. Pero en este caso, el colectivo, hace dos viajes por día: sale por la mañana temprano desde Oriente, entra a Copetonas, luego ingresa a Cascallares y finaliza el recorrido en Tres Arroyos. Al mediodía regresa respetando las paradas en las localidades mencionadas, y temprano por la tarde vuelve a hacer el mismo viaje, para volver por la tardecita. Además , una vez retornado a Copetonas , hay otra "Dorreguense" que hace el enlace y sale para Reta, también dos veces por día, y que conduce su hijo.
En cuanto a "El Trébol" Echarri lo vende y allí le perdimos el rumbo.
Si Ud. tiene que viajar por este transporte, debe saber que la atención sigue siendo de lo mejor, ya que Luis nos hace sentir que no somos clientes, sinó amigos.

Turismo Rural en Copetonas

La usina que se erigió cuando llegó la energía eléctrica al pueblo, todo un emblema


Si bien el pueblo tiene sus atractivos para quien busque tranquilidad, aire puro, vida sana; el entorno rural ofrece otra perspectiva turística, igualmente sana y atrayente, pero distinta en lo atinente al paisaje, alojamiento y en la cantidad y variedad de las posibilidades de descanso y esparcimiento.Para los interesados en el tema, estas direcciones y correos: copetonasrural@hotmail.com


martes, 27 de julio de 2010

Flia.Fontenla (ellos también hicieron Copetonas)


Doña Teresa Casabone y Don Eustaquio Iglesias, padres de Tito



Familia Iglesias- Fontenla


Casamiento de Tito y Mari
Mari

Raúl
Hilda


Antoñito
Don Antonio y hermano

Doña Nieves

Doña Nieves en su almacén


Agradezco la enorme gentileza de Mari y Tito, al poner a mi disposición todo el material que necesitara para subir al blog. Gracias, amigos!!
Don Antonio Fontenla Andújar nació en La Coruña, y lleno de esperanza, llegó a Argentina con su hermano Erundino, quien a la hora de establecerse decidió ir a San Cayetano, mientras que Antonio elegía Copetonas. Qué determinó que este gallego adoptara este pueblo como su Patria chica? ¡Cómo saberlo! Lo cierto es que a estado por aquí cerca del ´20. En 1922 se casa con Manuela Nieves Fernández Cuervo, una leonesa del municipio de Salientes.
Instalaron un bar " al detalle", como se conocía por aquel entonces al expendio de bebidas al copeo, agregándose luego algunas mercaderías de almacén, y golosinas. Del matrimonio Fernández - Fontenla nacieron 4 hijos: Antonio Amílcar, Hilda Fe, Raúl Heriberto y María Nelly (Mari).
El primero de los hermanos falleció sin casarse, ya grande. Los hermanos restantes se casaron y hoy son todos abuelos. Raúl falleció joven, dejando esposa e hijos, en Copetonas. Hilda se casó y se radicó en Oriente. Y Mari se casó con Eustaquio Iglesias (Tito), hijo de Doña Teresa Casabone y Don Eustaquio Iglesias. Mari y Tito viven en Copetonas; tuvieron 3 niños: Rubén Adolfo, Néstor Osvaldo y María Cristina .


Himno a Copetonas


Este es el Himno de Copetonas, obra de Juan Carlos Godoy, (ex- Vox-Dei)

Servicios del caballo en Copetonas

Caballito criollo del galope corto,
del aliento largo y el instinto fiel,
caballito criollo que fué como un asta
para la bandera que anduvo sobre él.

Belisario Roldán

Entre la guerra y la paz, la Patria se fue haciendo de a caballo. No podemos olvidar los servicios que ha prestado el noble animal, al infiel y al blanco. Cuando el indio descubre aquellos primeros ejemplares que el español abandonó en las pampas , rápidamente supo aprovechar todo su potencial. Aprendió a amansarlo, se hizo hábil jinete, -eso sí:, jamás montó una yegua-, y lo domesticó con una técnica única, creada por él: consistía en lamer todo el cuerpo del potrillo recién nacido, con paciencia y con dulzura, si cabe la expresión, dado que la indiada era tan bárbara y cruel. Así ,el animal lo aceptaba desde el primer momento de su vida, como si fuera de su propia sangre. En algún lugar de nuestro país alguien lo hace todavía.
Y en lo que respecta a la utilidad que el caballo le brindó al blanco, los ejércitos siempre tuvieron regimientos de caballería, para combate y desfiles. Pero también, y sobre todo , se lo utilizó para todo trabajo bruto, tirando carros, arados, chatas, etc., bajo el tormento del látigo. O simplemente se lo montaba , usándolo para arreos, o como medio de transporte (si se habrán visitado novias montando a caballo!), y para protagonizar espectáculos en las fiestas populares: jineteadas, carreras de sortijas , carreras cuadreras, etc.
Y debemos decirlo: en el campo también prestaron muchos servicios. En estos campos de la zona de Copetonas, se lo utilizó, por ejemplo, para sacar agua a cincha de caballo.

Sacar agua a cincha de caballo: se trataba de sacar agua de un pozo, con un gran balde que tiraba un caballo, y descargarlo en una represa. El balde tenía un agujero con tapa con bisagras en el fondo, tapa que se abría hacia adentro. Cuando se lo lanzaba al pozo, la tapa se abría e ingresaba el líquido. Cuando se extraía el balde del pozo, la tapa se cerraba por la misma presión del agua , sin que se perdiera su contenido.Ese balde lo llevaba el caballo hasta una cisterna o represa y mediante un aparejo con roldana, se volcaban los 30 o 50 litros que podía contener.

La pala de buey también requería de 1 caballo:( los terraplenes de las vías se trabajaron con pala de buey).Primero se araba la tierra. Luego trabajaban la tierra con la pala de buey; adelante el caballo, detrás la pala e inmediatamente detrás, el hombre, a pie. La pala tenía dos mangos (cual carretilla), y para cargarla era tirada por el caballo, recogiendo la tierra como una cuchara . Cuando estaba repleta, y al llegar al punto que la persona deseaba, el hombre, con rápido movimiento levantaba los mangos de un golpe y descargaba la tierra. Y volvía a empezar.Una y otra vez. La pala de buey se llama así porque al principio era tirada por un buey, pero cuando el hombre vió que podía usar un caballo para reemplazarlo, no dudó en hacerlo.Y es que el buey es bastante mañero: Si  un día hace 4 vueltas, por ejemplo, nunca mas hará otra.Si hace 6, a las 6 se empaca, y ya no caminará mas.Es evidente que tiene mas inteligencia de la que uno podría suponer.
Y aquel casi primitivo arado que era tirado por 10 caballos? Sucesor del de mancera, , bestias adelante, luego arado, y atrás el hombre, caminando, necesitaba de muchos equinos.
Y las chatas...
Avida por contarles cosas de aquella época en que papá llegó a Copetonas, no puedo dejar de escribir sobre esos monstruos que eran las admirables chatas. El tema de las chatas es sin duda, un asunto para rescatar. Podré yo explicar claramente lo que eran? En verdad, lo ideal sería hacerles un dibujo, pero a falta de él, usaré mi palabra solamente.Papá (Juan Hernández), conoce a Emilio Bonini al mismo tiempo que a su chata. Le admiró ver cómo al doblar las esquinas, los 16 caballos que la tiraban, se abrían en abanico y cubrían toda la calle.
El detalle de los caballos es así: primero y al centro, iban 3 caballos de pecho, llamados tronqueros. De esos 3, el del medio iba entre varas, por lo que se lo denominaba varero. Inmediatamente adelante otros 3 , los cadeneros , que iban unidos a la punta de la vara, aperado con tientos a la misma, con su silleta correspondiente, con portavaras en el varero.
Además, 5 laderos de cada lado, atados a los grilletes. Los grilletes estaban a la altura del eje de las ruedas, por lo tanto, del grillete de cada una de las ruedas traseras salía una cuarta de cuero que a mitad de tramo se abría en 3, y al extremo de cada una de ellas se ataba un caballo. Allí tenemos 3 animales por cada rueda trasera. En las ruedas delanteras , también desde sus grilletes y mediante cuartas, se ataban 2 caballos mas de cada lado, que quedaban algo mas adelante que los atados a las ruedas de atrás. Son 4 en total.Sumamos todos y nos da 16 equinos!
Los caballos de a 3 que iban adelante llevaban un riendín que los unía por la boca.
Las chatas que vió papá en el pueblo eran enormes, las ruedas traseras medían unos 3,50 mts. de altura, y las delanteras eran más bajas. Las había mas altas aún, pero mi padre en Copetonas no las vió. Llevaban, al igual que los camiones hoy, cualquier tipo de carga, pero para lo que mas se las empleaban era para transportar las bolsas de cereal de las cosechas. A la chata de Bonini se la cargaba con entre 120 a 150 bolsas. El carrero podía conducir sólo con las riendas en el caballo delantero central, o tirando de los 3 delanteros. Las chatas eran muy volcadoras: altas y angostas para circular por la huella, si una rueda se iba a un zanjón , podían tumbarse. Cúan difícil debe haber sido sacarlas de esa posición! Y la carga? Qué desparramo! Pensemos que muchas veces iban cargadas mas allá del borde superior, superando con creces ese nivel.
Se cuenta que cuando comenzó a circular el ferrocarril, con lo novedoso, económico y práctico que era, mas de un carrero lo miró con desconfianza y disgusto, ya que avizoraban que se quedarían sin trabajo. Sin embargo, el proceso parece haber sido lento y gradual, ya que el F.F.C.C. llegó en 1912, y en 1945 papá todavía vió activas las chatas. Y otro detalle: las chatas tenían nombre:" Rosa de otoño", "la María", etc.


Cuando se produce la aparición y uso masivo de tractores y maquinarias agrícolas, con motor a combustible, no se necesitó de tanto caballo , y los agricultores no podían destinar un potrero para que un grupo de 10, 15 o 20 animales ociosos pastaran y sobrevivieran allí. Por eso no hubo un agricultor que no mandara los caballos al matadero.Se los enviaba en grupos de 10, como mínimo. Así, miles de pobres y nobles caballos , tuvieron ese destino infame.


Familia Realini- Galli ( tambien ellos hicieron Copetonas)


Don Luis Realini



Doña Anita Galli Vda.de Realini, y sus hijos Olguita y Víctor José (Pepe)



Hogar de los Realini ( en la foto Olguita y doña Anita)


Uno de los primeros pobladores que conoció mi padre allá por 1945, fué don Luis Realini, quien era constructor. Hoy aún vive su hijo Pepe, que tiene 82 años; a quien agradezco su generosidad al entregarme estas fotos de familia.

miércoles, 21 de julio de 2010

Copetonas, ayer


Sin memoria no existimos,
y sin responsabilidad,
quizá no merezcamos vivir.

José Saramago


Aún cuando las economías de las pequeñas localidades eran mas pujantes antes, y había mayor cantidad de comercios, y mas diversidad de rubros , algunos artículos los comprábamos en Tres Arroyos, vía comisionista o viajando el propio interesado. Y eso continúa ahora y con mas razón ya que a los pueblos en general les cuesta sobrevivir , a pesar de la resistencia de sus habitantes, y quedan pocos comercios en pie. Pero yo conocí también al Copetonas de los ´50. Andaban a domicilio el verdulero, el carnicero, el lechero... Recuerdo al verdulero Francisco García; lo esperaba como si fuera un familiar querido; y me parece verlo hoy regalarme " golosinas" en medio de ruidosas carcajadas ¡ eran semillas de zapallo! Andaba en un charré y pesaba sus mercancías en una balancita "romana ", pesando con rápidos movimientos y siempre dando "la yapa". Mis padres tenían una hermosa quinta y demasiada verduras para nosotros, por eso mamá le cambiaba a García su fresca producción por fruta. ( En la foto aparecemos entre los repollos mi hermano Juancito y yo, en nuestra casa de calle La Rioja casi Misiones) También me acuerdo del lechero, -éste bajaba de su carro, a diferencia del verdulero-; llegaba a la puerta de la casa con su tarro de lechero en una mano y un jarrito en la otra. Mamá lo recibía con un hervidor o una olla y allí vertía el líquido blanco y gordo. Yo trepé a su carro ( los niños no pueden resistirse a esa pequeña gran aventura), que era con techo redondeado, y contaba al ingresar -subiendo al estribo por la parte de atrás-, con un tablón a cada lado, a mitad de altura de sus costados. Y cada tablón tenía a su vez agujeros de unos 20 centímetros de diámetro para colocar los tarros. El olor a leche penetrado en la madera repugnaba un poco. El lechero era Isa Padua. Y después, el carnicero. Mi memoria me trae a Juan Ardanz, que, con su carro con techo, traía la carne colgada tal como se cuelga en una carnicería. A ambos lados, paralela a los costados , una guía de hierro, y en ella, colgados en ganchos, cortes de carne que corría "a piaccere"según su necesidad y el pedido del cliente.
Una madera a modo de pequeño mostrador, donde fraccionar la carne y, además, una sierra manual, cuchillas, una chaira y la consabida balanza colgada, eran el complemento del atavío. Como el carro era de metal, las chapas del interior,con su grasitud (aunque estuvieran repasadas), tenían un brillo que me impresionaba,como si fueran de plata..En realidad la grasa animal hacía que no se oxidaran nunca.
Todo esto era muy cómodo para el ama de casa, a la que sólo restaba ir a comprar el pan, la mercadería de almacén o llegarse hasta la tienda. A veces, un acontecimiento extraordinario conmovía la rutina familiar y barrial: llegaba algún mercachifle, ofreciendo sus prendas, perfumes, telas... Pero en el pueblo todo estaba cerca: a media cuadra, a la vuelta de la manzana, etc. En el almacén siempre nos daban la "yapa" .Se vendía azúcar suelta, que envolvía el almacenero con baquía en papel de estraza, formando una especie de empanada con repulgue. No sabíamos de nylon, ni de plástico, todo era ecológico y reaprovechable. Y la lejía en botellas de vidrio tapadas con corchos que se ponían pálidos y demasiados breves, por el líquido elemento contenido. En aquellos tiempos podía ir yo al bar de Larsen y Lozano, anexado a su almacén , a dos casas de nuestro hogar, para comprar un vaso o una copa de anís, o de oporto, o cognac, para que mamá hiciera una torta, y con naturalidad me lo vendían.El almacenero vendía con libreta ; era un fiado que le permitía al cliente el desahogo temporario, hasta que se cobrara "tal cosa" o el sueldo, y el comerciante vendía y sabía que le iban a cumplir. También , si caían visitas inesperadas y nos veíamos en aprietos con la comida, corríamos al almacén de Larsen, aunque fuera feriado o domingo, a cualquier hora, golpeábamos las manos y pedíamos a Chicha, su esposa, si me podía vender fiambre , fideos o lo que mamá necesitara ; y siempre nos atendían.-"por dentro", como se decía-.

Por aquellos años no había en Copetonas colegio secundario, así que quien quería proseguir los estudios debía hacerlo viajando a ciudades vecinas, pero era ésto para pocos. Por lo tanto la mayoría de las jóvenes no podían ser enviadas por sus padres lejos del pueblo, así que lo mas común era- para las chicas de "buena familia"-( y dispénseme la expresión, pero así se decía ), estudiar Corte y Confección (ineludible), Dactilografía o Teneduría de Libros.Mi recuerdo para Pila Beltran de Mara, que me enseñó a cortar y coser. Cierto es que no había televisión y por ende, se leía mucho. Y además, lo que enseñaban en la escuela se aprendía y se aprehendía de verdad y no se olvidaba nunca. Al menos a mi me pasa.










martes, 20 de julio de 2010

Mucho es lo que se ha escrito sobre Copetonas

Este óleo fue realizado por Juan Carlos Godoy
y refleja el estado de la vieja estación.
(De la colección privada de Juan Hernández)

Mucho es lo que se ha escrito sobre Copetonas, y es probable que los datos que voy a verter aquí sean muy conocidos, pero a pesar de ello tal vez pueda aportar algo más , sin desmedro de los trabajos anteriores .Desde que Copetonas cumplió sus primeros 50 años de vida, se publicaron algunos libros, incluso hubo quien escribió el “ Himno a Copetonas” ( que publicaré mas adelante), y Rubén Terrón en su homenaje por los 85 años de Copetonas , escribió la obra poética musical “ Sobre el Amor y la Paz”, que fuera interpretada en su momento por el Coro local. Pero vale la pena recordar que la localidad se gesta a partir de la venta de tierras de los Sres.Pedro N. Carrera y Manuel Candia , propietarios del establecimiento rural que hasta entonces se llamó “La 21”.
Dice La Voz del Pueblo…" El 28 de Diciembre de 1911,Candia y Carrera se dirigen al ministro de Obras Públicas de la Provincia y le exponen que el Ferrocarril del Sud , al construir el ramal que nace en Coronel Dorrego y se dirige al este, está construyendo una estación sin nombre todavía , que está ubicada en el Km.73.816 de esa línea .Poco tiempo después el gobierno nacional dispone la creación de un poblado en ese lugar, al que se llamará Copetonas .Esto sucede según se cree, el 19 de enero de 1912. Meses después, el 5 de mayo de ese año, se realiza un remate de solares ,quintas y chacras, del predio de 1.350 hectáreas que los propietarios de “La 21” habían vendido para la fundación del poblado.
Ese día, pese a que la estación no estaba habilitada, corrió un ferrocarril desde Tres Arroyos, partiendo a las 6 y llegando 10.40, transportando a mas de 300 personas interesadas en adquirir su lote en el lugar.
Entre los primeros pobladores puede mencionarse a Manuel Narbaiza, Manuel Forgar, José Ruano, Antonio Di Nápoli, Luis Corredera, y Blas de Urcullu.
El día 12 se Agosto de 1812 entró en la estación el primer tren,con pasajeros y correspondencia, iniciando una era de progreso que, sin embargo, se vería interrumpida en 1930, año de la tristemente famosa crisis.
… Puede señalarse que el primer jefe de la estación fue don Lorenzo Parodi, y que en 1925 la Hidroeléctrica del Sud inauguró el suministro de electricidad a Copetonas.”
Aquel loteo inicial se realizó en la esquina de la YPF de Ambrosius. Cada terreno se vendió a $ 5.- por mes en 60 cuotas, sin interés.Pero la codicia llegó junto con el loteo: los compradores no estaban obligados a edificar y muchos guardaron los lotes del centro para especular. Algunos hoy creen que por eso se construyó de manera tan desordenada y dispersa. Se estima que casi un 80 % de las tierras permanecen sin edificaciones.
En cuanto al origen del nombre de Copetonas, debemos repetir hasta el cansancio que es incierto, y por ello menciono tres posibles variantes: podría haberse adoptado de las perdices copetonas , que tantas había en el lugar;o tal vez lo tomaron del nombre de un barco hundido en Reta; o, como suponen otros, puede proceder de Capetown, importante puerto sudafricano, y traido el nombre por los ingleses que construyeron los ferrocarriles. (recordemos que Sudáfrica era colonia inglesa) .
El acceso al pueblo está todo pavimentado, atrás quedó aquel tiempo de peripecias,en que se comunicaba con la ruta 3 por caminos reales, saliendo a la altura del km. 530. Guay del que estuviera enfermo, accidentado, recién operado o con un parto difícil! Salir la ambulancia de noche, con caminos invisibles y sin luna, o en medio de barriales que metían miedo, era casi temerario, y hoy , aquí , debo hacer público el agradecimiento a tantos hombres que manejaban el vehículo, a cualquier hora, como fuera, para salvar una- ¡ y tantas! -vidas.
Hoy se ingresa al pueblo desde la ruta Nacional Nº 3, a la altura del km. 531,5, hacia el este. Debemos recorrer unos 20 km.para llegar a Copetonas, por el camino pavimentado de acceso a Oriente y Copetonas, dejando atrás y a la derecha la localidad de Oriente (partido de Cnel.Dorrego). Desde Tres Arroyos a Copetonas hay 58 km. de distancia, desde Copetonas a Reta otros 22 km.

Visitantes famosos: Princesa Benedicta


Por las calles del pueblo pasó quien era por esos días la heredera del trono de Dinamarca, la Princesa Benedicta . La gran mayoría de los copetonenses salió a las calles para verla , y creo que puedo afirmar sin temor a equivocarme, que ninguno de nosotros volvió a ver una Princesa en su vida .La Soberana había llegado a Argentina para ver a las colonias danesas del país. Ya sabemos que en Copetonas y la zona hay una de las colonias dinamarquesas más importante, por lo que no podía prescindir de esa visita. Pero en rigor de verdad , su recorrido no sería caprichoso; pasaba por la calle principal del pueblo rumbo a la estancia El Destino de Bertel Skou, y luego llegaría también a la estancia La Paz de Pablo Termansen. Yo la recuerdo en una visión demasiado breve : joven, rubia, delicada, con una leve sonrisa y saludando a diestra y siniestra con suaves movimientos de su real mano.

Copetonas, pueblo abierto

Mi pueblo es un pueblo
de puertas abiertas,
no necesita llaves
ni contraseña.

Mi pueblo es mucho más de lo que se ve .Bajo su apariencia tranquila, Copetonas y sus habitantes tienen un dinamismo propio. Viven .Quien piense que “allí no pasa nada”, está equivocado.Con los pueblos sucede igual que con los hombres: ¿qué persona nace, vive y muere, trazando una línea recta de su existencia? Acaso no hay en esa línea picos de alegría, alguna meseta, depresiones profundas por algún dolor? Qué individuo es feliz toda la vida, o por el contrario desdichado siempre? Bueno, exactamente igual es la vida de los pueblos. Exactamente igual es la vida de Copetonas. Es un pueblo que ha sufrido altibajos, y, empero, tiene identidad propia. El carácter de un pueblo, dicen, se lo imprime su gente. Pero hete aquí que esa misma gente se ha nutrido previamente con lo que le brindó el pueblo y su entorno, en este caso tranquilidad, paz, soles sin límites, verdes renovados, estrellas hasta lo infinito, pájaros, mariposas… (pensemos que en las ciudades de Europa ya no hay pájaros ni mariposas!)
Creo que los pueblos son el último refugio de flora y fauna. Como fueron el primer ejemplo de tolerancia étnica: acá se mezcló el criollo con el italiano , el español, el dinamarqués, el árabe ( mal llamado “turco”) ,el alemán, etc, todos en perfecta armonía comunitaria. De este gran rompecabezas, bien ensamblado, está hecho “el Ser copetonense” Pero todo lo que brindó Copetonas antaño, está allí, inalterable, como antes, ahora y siempre. Y eso es lo maravilloso. Sus habitantes viven sin temores de inseguridad , por lo que es bastante común no poner cerrojo a sus puertas, y ver bicis apoyadas contra las paredes , sin candado, en la certeza de que allí estarán cuando se las busque. “Criminalidad Cero”, dice un informe de la Policía, publicado oportunamente por el diario La Voz del Pueblo de Tres Arroyos. Copetonas es paso habitual del turismo hacia Reta, que lo atraviesa para llegar al balneario. Además los retenses y veraneantes deben llegar aquí para utilizar los servicios del Banco Provincia (incluido el cajero automático) y surtir de combustibles el tanque de sus vehículos, ya que en Reta no existe nada de eso. Banco (ver foto) y estación de servicio están ubicados en la calle principal de la localidad, Avenida José de San Martín. Copetonas vive del campo; le rodean tierras feraces para los cereales y óptimas para la ganadería. Claro que a veces, por motivos diversos, el campo “ no anda bien” y eso se refleja en la actividad urbana. Si no circula dinero todo se retrae.
Copetonas es hoy un pueblo prolijo, cuidado, pintado, con el aporte de la Delegación Municipal (ver foto ) en lo público y el de los particulares en lo privado. Se respetan las leyes de tránsito, aunque sea un pueblo pequeño, por lo que es bueno recordarlo si se anda por allí. Y se respeta lo ecológico: allí se separan latas , de vidrios, de plásticos y de residuos orgánicos.

Escuelas primarias

Escuela Nº 30


Primera escuela-casa de CorrederaEscuela Nº 25



Homenaje a Dña. Elsa  S. de Vaskoboinik. Arriba:Domingo Franganillo, Piten Simonsen,Gerardo San Antón y Jorge San Antón. Sentados: Sra. de Campaña,
Antonio Peregalli, Dña.Elsa, Dr.Néstor Campaña. Sentado, adelante:Pedro Ponzio


La primera escuela del pueblo funcionó en la gran casa de campo perteneciente a la estancia del Sr. Luis Corredera. Estaba situada en la manzana contigua a la de la Plaza Principal, recientemente nombrada Isaac y Elsa Vaskoboinik. Su primer maestro y director fue don Maximiliano Cabrera.
Pero Copetonas, casi recién nacida, crecía a pasos agigantados, por ello sus vecinos vieron la necesidad de tener una escuela mejor, mas grande y en edificio propio.
La Escuela Nº 25 Bernardo A. Houssay, ( sita en calle Armada Argentina e/ P.E.Aramburu y La Rioja), tiene su origen el 22 de noviembre de 1917, en que los vecinos advirtieron la necesidad impostergable de tener un establecimiento educativo. Reunidos por esa inquietud, se decide conformar una comisión directiva para llevar a cabo la construcción del edificio destinado a colegio del Estado, el cual sería donado a la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires. Esa comisión estaba así integrada:
Presidente: Vicente Rípodas
Secretario: Constantino Domínguez
Tesorero: José A. Christiansen
Vocales: Graciano Olhasso , José Aldasoro, Martín Reta, Juan Larramendi, Ricardo Platzek, Gerardo Reta, Cándido Alonso Cadierno, José Santiago, Antonio Di Nápoli, Eulogio Azpuru, Juan Erpelding, Pedro Ejens, Benedicto Alvarez, Dionisio Araujo, Martín Beherán, Segundo Díaz, Antonio Campaña, Maximiliano Cabrera y José García.
Por supuesto, el éxito coronó los esfuerzos de esta comisión, que hizo construir un hermoso edificio bajo la dirección del Sr.Andrés Norrild.
Los cursos se iniciaron el 1º de agosto de 1919 con tres grados solamente, con un total de 133 alumnos. Su primera directora fue la Sra. Argentina Bustamante de Couzo y maestras las señoritas Aurora González Sotelo y Rosa Catalina Lagorio. En la década del ´50 había un maestro varón ( cosa infrecuente en estos días por estos lados), y una portera , doña Antonia de Gauna, que iba y venía por la escuela con su guardapolvo gris .Por esos años , yo conocí a dos directoras: las Sras. Elsa Sanchez de Vaskoboinik y Haydée Rébori de Konig . Hoy la directora es la Sra. Daniela Bonini ; los alumnos sólo asisten en el turno mañana y el edificio sufrió algunos cambios con el agregado del comedor y la cocina que queda independiente de la escuela. En este establecimiento surgieron dos instituciones educativas, que funcionaron allí hasta que construyeron su propio edificio: el Instituto Secundario Almafuerte (ISA), y el Jardín de Infantes Nº 905 Dr. Luis Agote.



La Escuela Rural Nº 30 Domingo Faustino Sarmiento se inaugura el 21 de Agosto de 1931; obra del gobierno del Dr. Valentín Vergara, sobre terrenos donados por el Sr. Vicente Rípodas. Su primer Director fue el Sr. Luis Santos a quien secundaba Juana Bertelotti de Quintana y María Dolores Zamora. Recién en 1950 se dicta el ciclo primario completo, ya que hasta ese momento sólo se cursaba hasta 3º grado.
Con el tiempo su nombre cambia, y se le pone el de Nuestra Sra, de las Mercedes. En ese momento, es la directora de establecimiento la Sra. Vilma D. de Rezzutti.
Hoy el edificio ya no funciona como escuela, y el lugar ha sido cedido al Taller Protegido Ilusiones.